El 23 de febrero, a pocos días del VIII Congreso Galego de Ornitoloxía, en Cabana de Bergantiños (A Coruña), se publica
esta entrevista que me ha hecho la Voz de Galicia de Carballo:
«La ornitología es una buena medicina»
Antonio Sandoval Rey, que presentará una ponencia en Cabana, acaba de publicar el libro ¿Para qué sirven las aves?

En la extensa relación de participantes en el
congreso de ornitología que se celebrará en Cabana figura el colaborador
de La Voz de la Escuela Antonio Sandoval Rey (A Coruña, 1967), quien
además acaba de publicar ¿Para que sirven las aves?, un libro en el que
narra buena parte de sus experiencias disfrutando de las aves por el
litoral gallego.
-¿Cuál es su responsabilidad en este congreso?
-Participo echando una mano en las labores de
organización como un socio más. Aparte, presentaré junto a otros
compañeros una ponencia sobre la migración del págalo pomarino, que es
un ave que viene desde la tundra siberiana a pasar el invierno en climas
tropicales y pasa frente a la costa de Galicia a finales del verano y
durante el otoño.
-Y a buen seguro que hablará también con sus compañeros sobre su libro .
-Pues me imagino que sí [risas].
-¿Cómo se animó a escribirlo?
-La idea surgió un día que estaba en el campo
viendo precisamente aves marinas como el págalo pomarino. Se me acercó
una familia y se pusieron a verlas conmigo y a interesarse por las
especies, su procedencia, para dónde iban... hasta que un niño me
preguntó ?y para que sirven las aves?. Yo me quedé con esa pregunta en
la cabeza y como tenía desde siempre ganas de traducir a letras mis
experiencias en el campo y en la lucha por la conservación de la
naturaleza empecé a tomar notas y a prepararlo.
-Pero no se trata simplemente de un libro sobre ornitología.
-Yo lo describo más como un libro de viajes,
porque relata un viaje del invierno pasado desde Estaca de Bares hasta
Carnota siguiendo los espacios más ricos en aves. A partir de ahí voy
incluyendo reflexiones, anécdotas, historia natural y sobre la
ornitología gallega, crónica política, el Prestige y su impacto sobre
las aves marinas, las emociones de los animales... Un poco de todo.
-¿Para quién va dirigido?
-A aquellos a los que simplemente les gusta la
naturaleza y que quieren descubrir algo más sobre ella. También es un
homenaje a todos los espacios naturales de nuestra tierra. A la Costa da
Morte y a Bergantiños les dedico unas páginas escritas con mucho cariño
porque después de ir tantas y tantas veces a Baldaio, a las illas
Sisargas, al estuario del Anllóns, a la laguna de Traba o a Cabo Vilán
acabas adquiriendo con esos lugares una relación muy especial.
-¿Cómo ve la evolución de la comarca?
-Con sus claroscuros. Ha cambiado muchísimo.
Desde el punto de vista ornitológico hemos visto el empobrecimiento de
lugares como Baldaio que eran extraordinariamente ricos en aves, como
contaba Castroviejo en los años 40, y que hoy no son ni la sombra de lo
que fueron. También se han perdido las colonias de araos en las Sisargas
y en Vilán de Fóra, que era la especie marina más reproductora de
Galicia y que prácticamente ha desaparecido, y hay espacios que han
sufrido una gestión y una forma de conservar la naturaleza equivocada,
como ocurrió en la laguna de Traba con la concentración parcelaria de
todo su entorno.
-Sin embargo esta degradación ha ido acompañada de un aumento del número de aficionados a la ornitología.
-Sí, es un proceso curioso. Cada vez hay más,
aunque fuera su auge aún es mayor. En el Reino Unido la asociación que
aglutina al mayor número de ornitólogos supera el millón de socios.
-¿Queda mucho por hacer?
-Por hacer y por descubrir. Esta no es una
actividad restringida a unas pocas personas ni hay que saber mucho, sino
simplemente salir a dar un paseo y, si puedes, hacerte con unos
prismáticos para ver las aves de cerca. La ornitología es como una
terapia, es una buena medicina porque se basa en la naturaleza, y
renunciar a la naturaleza es como renunciar a hacer buen ejercicio, a
leer un buen libro o a estar con la familia.