Alfonso Rodrigo,
en su blog "El Pernil", ha dedicado la siguiente reseña al libro:
Esta entrada no va dirigida, precisamente, a los
seguidores más pajareros de este espacio sino a esos otros curiosos que me leen
de vez en cuando. Los habituales y asíduos del mundo ornitológico nacional ya
estaréis al tanto de uno de los eventos de este año 2012 que ha sido la
publicación del primer libro de literatura ornitológica escrito en castellano.
Esto no va a ser una
crítica literaria del libro (ni lo pretendo ni estoy capacitado para hacerla),
sino trataré de plasmar mi experiencia con él. Ha habido gente que se lo ha
tumbado en dos días. Yo he tardado mucho porque, en algunas ocasiones, he leído
algún capítulo dos veces o más. ¡Una delicia!
Personalmente a la
alegría de la noticia se ha unido que el autor es amigo y compañero de fatigas
en esta pequeña -en comparación a otros países- comunidad de pajareros
españoles, Antonio Sandoval, más conocido por todos como Toñete.
Ya hace muchos años
que, en aquellas primeras publicaciones que caían en mis manos, como por
ejemplo las revistas Ardeola o La Garcilla de SEO/Birdlife, aparecían citas
asombrosas de un tal Antonio Sandoval desde el cabo de Estaca de Bares, el
mejor punto del Paleártico Occidental para ver aves marinas desde tierra. Fue a
principios de este siglo cuando tuve la oportunidad de conocerlo en persona,
como no, en Estaca, un otoño recién nacido. De las primeras cosas que le
pregunté, no se si él se acordará, fue: "Toñete, cuéntame lo del albatros
ojeroso". Su primera respuesta fue, señalando primero con una mano hacia
el Este y luego con la otra hacia el Oeste: "Desde allí, hasta allí, no
aleteó ni una vez". Bien, pues esta y otras observaciones no menos
sorprendentes aparecen detalladas en este libro.
No quiero recomendar
-a día de hoy casi todos ya lo habéis leído- este volumen a vosotros,
aficionados a la observación de aves que entráis en El Pernil hambrientos de
datos y fotos sobre pájaros. Quiero que se lo recomendéis a la misma gente que
lo he hecho yo. Se lo he ofrecido a mi madre, a mi hermano, a mi mujer, a mis
amigos (no pajareros), a mis compañeros de trabajo para que, entre otras cosas,
no vuelvan a preguntarme aquello de: "¿para que sirve ir a ver
pájaros?", "¿por qué apuntas todo lo que ves?", "¿no te
hartas de pasar frío, calor, mojarte o conducir?", "¿cómo que mañana
te vas a Asturias a ver un pájaro?"
Antonio Sandoval, a
partir de ahora Toñete, es una persona muy polivalente y esto se refleja en
este libro de 255 pgs. El hilo conductor siempre son las aves pero con ellas o,
mejor dicho, gracias a ellas aborda temas de ecología, psicología, etología,
mitología, historia, antropología, mística, narrativa, poesía o música, entre
otros muchos.
Para realizar este repaso de su
experiencia vital, hace un recorrido por su tierra natal (tanto física como
ornitológicamente), la provincia de Coruña y, más concretamente, su costa.
Lugares como A Coruña, Ferrol, Caión, Baldaio, las islas Sisargas, las rías de
Ortigueira y O Burgo, el estuario del Anllóns, las marismas de Caldebarcos y
Carnota, el embalse de Sabón, lagunas de Traba y de Valdoviño, la sierra de A
Capelada o los cabos y puntas de Langosteira, Ortegal, O Roncudo, Vilán,
Touriñán y, por supuesto, su amada Estaca de Bares donde nace esta idea y donde
lleva mirando al mar desde hace más de 25 años, son algunos de los citados en
el libro. En el mundo ornitológico español y, sobre todo, para los amantes de
las rarezas, muchos de estos sitios son Tierra Santa.
Toñete tiene una pluma extraordinaria y cada una de las descripciones
paisajísticas de los lugares que va visitando por Galicia, y que son la columna
vertebral de esta obra, no tienen nada que envidiar a las que hizo Humboldt en
sus "Cuadros de naturaleza".
También este viaje por su querida
costa sirve para contarnos la historia natural de algunas de sus especies
míticas, hoy diezmadas pero muy abundantes hasta hace pocos años, como el arao
común, la gaviota tridáctila o el cormorán moñudo. Además, desarrolla un repaso
de la historia del conservacionismo y proteccionismo gallego y, por añadidura,
del español; a consecuencia de varios de los atentados y catástrofes ecológicas
que aquellas tierras han sufrido durante años y que, por desgracia, siguen
sufriendo a día de hoy. Como ejemplo, un capítulo entero dedicado a la
desgracia del petrolero Prestige.
Me he visto reflejado en muchos
tramos de la obra y eso es de agradecer ya que sirve para darme cuenta de que
hay un montón de gente que siente y vive lo mismo que yo. Que no soy el único
que puede ir por la calle y detenerse a mirar una "v" de gansos en
migración para, a continuación, sentir una sensación de desolación al ver que he
sido el único capaz de pararme a presenciar semejante espectáculo, uno de los
más grandiosos de cuantos suceden a nuestro alrededor, a pesar de estar rodeado
de gente. Y si alguna de esas persona me pillara in fraganti en mi posición lo
único que pensaría es: "¡vaya friki!".
Toñete es todo un icono viviente para
los pajareros de mi generación, los que vamos una decena de años por detrás de
él. Curiosamente en "¿Para qué sirven las aves?", el autor dedica
varias páginas a otro de los mis iconos vivos, José Luis Rabuñal. Con casi 80
años es, para mi, el precurso nacional de la técnica del local patch ya que
lleva desde finales de los años 70s acudiendo sistemáticamentte al mismo sitio
a pajarear, el estuario del Anllóns en Ponteceso y la laguna de Traba. Esto le
ha supuesto llevar a día de hoy unas 3600 visitas lo que hace que nadie lo
supere en conocimiento sobre el lugar. Justo en los años en que yo nacía, él ya
veía rarezas y, alguna de ellas, no han vuelto a ser citadas en España jamás.
Es un ejemplo para mí, no solo como ornitólogo sino, también, como persona.
Personalmente, a mi, los pájaros me
han servido para tener cierta sensibilidad en todos los aspectos de mi vida.
Para estar orgulloso de un montón de gente que he conocido y con la que, a día
de hoy, comparto horas de campo, horas de conversaciones telefónicas, horas de
lectura de sus blogs y webs y jornadas de viajes a otros lugares del mundo en
busca de pájaros. Por cierto, varios de ellos aparecen en este libro. Me han
servido para esforzarme por aprender un idioma internacional para poder estar a
la última en cuanto a noticias ornitológicas de todo el mundo. Me han servido
para tomar conciencia del triste rumbo natural que está siguiendo todo a mi
alrededor y en el que trato de poner mi granito de arena para cambiarlo y para
que mi futuro más inmediato, en este caso mi hijo de casi 4 años, lo conozca de
la manera más digna posible.
El libro de Toñete me ha servido,
para esto y para mucho más. Estoy muy orgulloso ¡Muchas gracias Toñete!
Por cierto, espero que solo sea el
primero de muchos.